La mentira y sus mentirosos
(o los mentirosos y sus mentiras)
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A mis 13 años de edad, en mi pre-adolescencia o adolescencia, creí haber cruzado el umbral que conducía al fantástico mundo realmente real de las mentiras. No de que las mentiras más jugosas sean en la adolescencia, creo que eso no es verdad, no es cierto. Pero sí hablo de mi pasaje a la adolescencia como punto crítico o más o menos crítico. "Es la edad de la rebeldía", y en mi mundo (que puede o no ser el de otros) mentir forma parte del concepto "rebeldía". Se convierte casi en un juego: ¡Vamos a mentir! ¿Querés? ¡Sí, querés! Como si estuviéramos invitando a jugar a la mancha. Antes lo veíamos como algo malo (¡Mamá! ¡Me mintió!). Hoy no. O por lo menos para mí y para un par más tampoco. Mentí. Sí ¿Qué tiene? ¿Por qué lo hice? No sé... Me gusta el arte. ¿Y eso que tiene que ver? Mentir... es un arte.
Para mentir, señoras y señores, para hacerlo bien, hay que tener cosas bien claras: primero, "no hay nada malo con mentir". ¿O me van a decir que no es divertido ver las caras de tu público, aunque éste esté compuesto por una sola persona? Trae alegría al mundo... el mundo sin las mentiras sería un poco aburrido; pensalo un segundo, dos, listo, ya te lo imaginaste. Otra cosa que hay que tener en cuenta es que mentir, es aceptado en la sociedad (sí, ya sé, viste esa película ayer donde aparecían en un juicio y "juraban ante Dios decir la verdad y nada más que la verdad". Pero por lo menos, acá, no pasa). No te van a mentir... Es realmente aceptado, quiero decir, googleás "reglas para ser un buen mentiroso" y te saltan algo así como 36.400 resultados. Ahora, el club universal de la mentira tiene sus fans, sus integrantes. Una persona que "miente" por desconocimiento, por equivocación, sin "mala" intención, no son mentirosos propiamente dichos. Los mentirosos mienten a propósito, por necesidad, con o sin motivo. Por el puro placer de hacerlo. ¿Cómo mentir, mis alumnos, mis compañeros, mis profesores? Reitero, no es fácil. Se debe conservar una buena fama de persona sincera, y también parecerlo: a la hora de mentir, tocarse la boca, nariz, pelo, mirar para otro lado, etc., son (para los ignorantes de las farsas) "gestos obvios de un caso con mentira presente". También se debe tener muy en cuenta que "hay que tener una buena memoria después de haber mentido", tal como lo dijo Pierre Corneille, un poeta francés. Si sos buen mentiroso, significa que construís buenas mentiras. O sea, la mentira es más perfecta que la verdad. No debe contener agujeros que hagan dudar. No se debe tapar una mentira con otra (por eso debe ser perfecta). Si te descubren, no corrés. Siempre tenés un plan "B". Un buen mentiroso no cree en sus propias mentiras. Mentir, es un arte, aunque no todos lo consideran como tal. No podemos negar el uso de la mentira incluso en las profesiones más serias. No por nada dicen que la abogacía es el arte de mentir con la ley en la mano ¡Hasta los curas mienten! A su forma, claro. Mentira de cura. Mentiras piadosas. ¿Quién no las dijo? Mentiras. Mentiras dulces, mentiras que hacen sentir bien. Mentiras. ¿Tanto perjudican? ¿Nunca favorecen? Tendría que existir el día de las mentiras. O talleres para este arte. El mentir, no es malo. No es tan malo. Y los buenas mentiras se hacen muy creíbles.
Ahora, bueno, yo misma podría empezar una campaña para que se oficialize ese día ya mencionado, si tan sólo pudiera creer en lo que acaban de leer.
Lali.